RIMA XXXVIII
¡Los
suspiros son aire y van al aire!
¡Las
lágrimas son agua y van al mar!
Dime,
mujer, cuando el amor se olvida
¿sabes
tú adónde va?
RIMA XXI
¿Qué
es poesía?, dices mientras clavas
en
mi pupila tu pupila azul.
¿Qué
es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía...
eres tú.
RIMA XXIII
Por
una mirada, un mundo;
por
una sonrisa, un cielo;
por
un beso... yo no sé
qué
te diera por un beso.
RIMA XIII
Tu
pupila es azul, y cuando ríes,
su
claridad suave me recuerda
el
trémulo fulgor de la mañana,
que
en el mar se refleja.
Tu
pupila es azul, y cuando lloras,
las
trasparentes lágrimas en ella
se
me figuran gotas de rocío
sobre
una violeta.
Tu
pupila es azul, y si en su fondo
como
un punto de luz radia una idea,
me
parece en el cielo de la tarde
una
perdida estrella.
RIMA XX
Sabe
si alguna vez tus labios rojos
quema
invisible atmósfera abrasada,
que
el alma que hablar puede con los ojos
también
puede besar con la mirada.
RIMA XXX
Asomaba
a sus ojos una lágrima,
y
a mi labio una frase de perdón;
habló
el orgullo y se enjugó su llanto,
y
la frase en mis labios expiró.
Yo
voy por un camino, ella por otro;
pero
al pensar en nuestro mutuo amor,
yo
digo aún: ¿por qué callé aquel día?
Y
ella dirá: ¿por qué no lloré yo?
Los
invisibles átomos del aire
en
derredor palpitan y se inflaman,
el
cielo se deshace en rayos de oro,
la
tierra se estremece alborozada,
oigo
flotando en olas de armonías
rumor
de besos y batir de alas,
mis
párpados se cierran... ¿Qué sucede?
—¡Es
el amor que pasa!
RIMA
XXXV
¡No
me admiró tu olvido! Aunque de un día,
me admiró tu cariño mucho más;
porque lo que hay en mí que vale algo,
eso... ni lo pudiste sospechar.
me admiró tu cariño mucho más;
porque lo que hay en mí que vale algo,
eso... ni lo pudiste sospechar.
RIMA XLIV
Como
en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora! No te avergüences
de confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.
leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora! No te avergüences
de confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.
RIMA
XVII
Hoy
la tierra y los cielos me sonríen,
hoy
llega al fondo de mi alma el sol,
hoy
la he visto…, la he visto y me ha mirado…
¡Hoy
creo en Dios!
AMOR ETERNO
Podrá
nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
RIMA LIII
Volverán
las oscuras golondrinas
en
tu balcón sus nidos a colgar,
y
otra vez con el ala a sus cristales
jugando
llamarán.
Pero
aquellas que el vuelo refrenaban
tu
hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas
que aprendieron nuestros nombres...
ésas...
¡no volverán!
Volverán
las tupidas madreselvas
de
tu jardín las tapias a escalar,
y
otra vez a la tarde aún más hermosas
sus
flores se abrirán.
Pero
aquellas cuajadas de rocío
cuyas
gotas mirábamos temblar
y
caer como lágrimas del día...
ésas...
¡no volverán!
Volverán
del amor en tus oídos
las
palabras ardientes a sonar;
tu
corazón de su profundo sueño
tal
vez despertará.
Pero
mudo y absorto y de rodillas,
como
se adora a Dios ante su altar,
como
yo te he querido..., desengáñate,
nadie
así te amará.