domingo, 10 de enero de 2016

ARACNE

   Aracne era una doncella que vivía en Lidia (antigua ciudad que se se encontraba en lo que ahora es Turquía). Tenía gran fama como tejedora y bordadora y estaba muy orgullosa de ello.
   Los tapices y demás trabajos que realizaba eran de una belleza tal que hasta las ninfas de los alrededores se acercaban para admirarlos. La gente decía que era discípula de Minerva, diosa de las hilanderas y bordadoras. Pero Aracne no se conformaba con eso y desafió a la propia diosa la cual aceptó el reto. Minerva se le apareció en forma de anciana y, al principio, se limitó a aconsejarle que fuera más humilde, pues no debía enojar a la diosa. Sin embargo, Aracne respondió con insultos por lo que Minerva se dio a conocer y la competición comenzó. Al terminar se comprobó que el trabajo de Minerva era fabuloso: representó en su bordado a los dioses del Olimpo en toda su majestuosidad y añadió, como advertencia, en las cuatro esquinas de la tela unos episodios que mostraban la derrota de los mortales cuando se atrevían a desafiar a los dioses. Pero la labor de Aracne también era de gran perfección y podía competir con la de toda una diosa. Así, Aracne se sintió ganadora y lo gritó a los cuatro vientos. Minerva, muy enojada con la actitud de su contrincante, la golpeó y rompió la tela con su lanza. Aracne, presa de la desesperación, intentó quitarse la vida, pero la diosa se apiadó en el último momento y no la dejó morir. La transformó en araña para que continuase hilando y tejiendo en el extremo de un hilo.